Partí por la mitad mi ansia de poder, supurando la soberbia prescindible en mi ser, cobijado del gélido frío, bajo mantas, entonando satánicos mantras, mediante sigilo de Baphomet.
Levanta Leviatán y muestra a la tierra tu ira, pues sólo para que nos besen ponemos la otra mejilla, paraliza sus cuerpos al estar presente. Ni una palabra saldrá de su bizarro agujero llamado boca, mueve tus tropas contra sus templos, desploma sus portales del paraíso, que San Pedro cate el hierro de sus llaves.
Arde paraíso, arde, y contigo todo pensar y ente despreciable.
Murió el perdón, nació el castigo, ritual de sangre y animosidad para el enemigo. Grapa en la frente sus imposiciones, absorbe con la capa sus injurias, calienta con la llama el puñal, clávalo en su conciencia y conviérteme en ganador de esta lid espiritual.
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