sábado, 5 de mayo de 2018

NACE DE LAS CENIZAS(MIENTRAS AGONIZO)


Cientos de ciervos sagrados sacrifiqué, rodillas para frenar avances quebré, el apetito a otra dimensión mudé, la sangre que brota de mis ojos en un plato derramé, filtrando tres números saqué, era el 666, me tiré al lecho bocarriba: momento era de perecer. Se relajó el cuerpo a más no poder, astrales proyecciones aparecían ante mí: un brazo en los huesos, mi cuerpo abierto y destrozado, reventando este con la mano cada órgano, exprimiendo como naranja, destruyendo cuerpo y mente ya no útiles para mí. Acabó de extirpar, entonces fue cuando inició la recomposición. Cada parte fue rehecha y puesta en su lugar, aura nueva entraba en mi cuerpo, otro rol debía adoptar, pues así lo quisieron Lilita y Baal, profanador de sueños me nombraban, para convertir en tormento tu éxtasis y viceversa.
Pues aquel que castigo merece, ni en sueños pueda desconectar, y el digno de premio, armoniosos tenga, y bravo levante cada día a pelear. Para tal faena, el cráneo cornudo me obsequió con instrumental, entre él: Un espejo para no olvidar quien soy, Un libro con crónicas arcanas para mantener el espíritu guerrero, la capa para penumbra representar en cada misa negra poética y el puñal para extirpar todo tedioso asunto, físico o mental.
Ahora que en tu mente debo penetrar la agonía no ha hecho más que empezar.