viernes, 11 de diciembre de 2015

P.M. (Pasada la merienda)


Menuda sensación: esta mierda no nos la quita ni el mejor doctor. Que bello es quitarse así el dolor… cansados, eufóricos, rozando el monte Olimpo con los dioses helénicos, y comiendo su manjar. No conozco de mejor ritmo ahora que tu palpitar, y de tus labios el más meloso almíbar. Quedémonos pegados como puro alquitrán, que ni con espátula nos puedan separar, y para que encender la tele, ¿teniendo tu mirar?

DE TRIPAS CALENTÓN


Yo podría ser tu perro, que me atravesarás con un hierro, cantarte pasteladas cual Tiziano Ferro, mi futuro combina con todo - por eso es negro -; pero al vernos cambia de color.

Encendamos el fogón, exploremos nuestros cuerpos cual Indiana Jones, dejemos en el lecho ese perfume a sudor, trituremos el pudor, que desestresante cuando es cosa de dos; que no se apague la luz, invirtamos la cruz, que sea este un revolcón deluxe, y que cunda, como el queso se funda y toda esta rumba para decir que me vuelves tarumba.

A.M. (Antes de merendar)

Sólo pido que agites tu varita como buena brujita, aislarnos de esta realidad que nos irrita: hacer dulce esta comedia trágica, sabiendo lo que significa comer el pan y no dejar ni las migas; absorber las energías mi cósmica amiga, y cada vez que te vea, sentir bailar un pogo en mi barriga. Que no pare este tren, endorfinas en la sien, gritemos como fieras y aullar y amarnos como Tarzan y Jane