miércoles, 18 de marzo de 2015

VOLÁTIL

No sé cómo acabar esto, la verdad es que no sé ni cómo ha empezado, sólo escribí y me dejé llevar, como todo lo que arrasa el huracán.
En estos momentos tengo el coco como una habitación desordenada; pensamientos por cuadrar, otros que ya lo están pero fuera de lugar… sin dejarnos los que vendrán, y los imprevistos, claro, ya que siempre que pienses que no puede ir mejor o peor, llegará algún acontecimiento o personaje hijo de puta para amargarte y confirmar lo equivocado que estás.
Cómprate una vida, envásala al vacío y come mierda, come mierda, por gramos, kilos o toneladas, pero come, y mucha, hasta que te hartes y veas doble, o triple. Contempla el hundimiento de Gaia y como palabras como amor se vuelven residuales en bocas de nobles y necios, y empezarás a odiar la palabra "Dios" y a eso que llaman sociedad - si es que alguna vez tuvo algo de social - la cuestión es que empezarás a sentir que no eres parte de esa chusma y a abrazar la nada.
Por cierto, ya que te molestaste en leer esto te diré el modo de empleo: después de comprenderlo y sacar conclusiones arrúgalo y ponlo en la boca de una botella de cristal y ésta llénala de gasolina, serrín y otras movidas inflamables, prende la mecha y estámpala contra aquello que más odies, lo que prefieras, y haz que estos párrafos sean útiles porque las palabras al fin y al cabo son eso: volátiles como el crudo.