Lucifer, o el portador de luz por algunos nombrado, conservando los códigos en forma de arte en cada una de sus formas, acompañado de una pizca de mugre para la poca lumbre y ambiente lúgubre. Compartiendo conocimiento que las falsas doctrinas llamadas política y religión nos niegan, así el fraile que fustigo, tan sucio como el aire que respiro merecedor sea de este brutal castigo: no somos predicadores de poca monta que se alimentan de dogmas, sólo decidimos ser libres con nuestro juramento a la oscuridad hasta que la luz nos lleve...
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