sábado, 12 de octubre de 2019

INCIERTO

Noto el aroma del café subiendo, lento, por las fosas de mi nariz, a la par que cierro los ojos para intentar percibir no se qué sensaciones nuevas; hoy justamente... hoy, que la mañana recibió la bruma paseando por el cielo, y que anhelo que mis penurias y miedos arrastre consigo.
Abro los ojos, y sacio mi apetito con el último trozo del bocadillo de caballo con ajos tiernos, tanto como el bálsamo de mis besos hacia ella, y salgo a la calle a buscarla; quizás... sólo quizás encuentre señales de ella en el aire.
Y, entonces, me vi envuelto en gotas de lluvia, en un bautismo donde éstas devoraban cada cacho de mi ser, estar, y por supuesto, el pensamiento. Acto seguido, éste se concentra en el charco a paso lento, y a cada gota va formándose su rostro y figura, y a la par en mi cara una sonrisa que hizo preguntarme: ¿Volverá?.
Levanté la vista con la sonrisa puesta, y miré la palma de mi mano, esperando encontrar una respuesta que me guíe hacia el futuro incierto.
El tráfico cada vez pasaba más y más rápido, a pesar de mis pasos lentos. Cada vez sentía más deseos de ser un elemento que no fuera mi cuerpo, así que al pasar por el viejo puente decidí saltar desde él, y dejar mi destino en manos de Anubis; ya que al no saber si iba a encontrarla, quizá fuera mejor que decidiera él el lugar para mi alma con su balanza.
Salté la valla del puente sin pensármelo siquiera, ahora, en caída libre, cantando letanías al vacío, esperando quitar la incertidumbre de mi mente.
Llegué al suelo de pie como un gato, y el suelo tembló como si no lo hubiera hecho en siglos. Alcé la vista esperando la bienvenida de Anubis, pero en su lugar apareció ella, con vestido blanco de cola y su sonrisa, junto con sus ojos, clavados en mí. Lentamente me acerqué y mis iris verdes hicieron simbiosis con los suyos, color café. Olí su cuello con olor a fémina y nuestros labios se empezaron a besar intercambiando saliva, hibridándose, como el agua del mar con la sal; ignoraba si se trataba de fantasía o realidad, mas si trataba de lo primero, tenía muy claro que no quería despertar